Juella es un hermoso pueblito ubicado en el departamento Tilcara, en Jujuy. Se sitúa a unos 2 km al oeste de la Ruta Nacional 9 y a unos 7 km al norte de Tilcara, en el valle del río Juella, que fluye hacia el río Grande de Jujuy. En otro tiempo, el Pucará de Juella custodiaba la zona.

Cuenta con una población de aproximadamente 300 habitantes, siendo un lugar atípico en su estilo de vida. Se encuentra ubicado en La Quebrada de Juella, un valle rural que destaca por la diversidad de frutales que allí se encuentran, como duraznos, damascos, perales, manzanos, y sembradíos de maíz, papines, girasoles, quinoa y Kiwuicha, este último con bellos y multicolores penachos.

El paisaje de Juella se encuentra enmarcado por una cadena de cerros con variadas formas y colores, y el Río Juella que lo atraviesa a lo largo de toda la quebrada. El lugar es ideal para dar un paseo y conocer sus alrededores, o simplemente disfrutar del descanso y la serenidad que ofrece este hermoso entorno. Además, los visitantes tienen la oportunidad de vivenciar y participar de los ritos y festividades locales.

De hecho, Juella, que es conocido como el centro duraznero de toda la Quebrada y la Puna, a finales de marzo celebra el día del durazno, con un concurso entre los productores locales. Los visitantes pueden disfrutar de música andina en vivo y de las deliciosas comidas regionales que se ofrecen en este evento, compartiendo así con los pobladores locales un día inolvidable.

El lugar cuenta también con importantes yacimientos arqueológicos, que dan cuenta de su pasado prehispánico.

Otro atractivo de la zona es el Huancar de Juella, una de las dunas más altas de la región, con una altura de unos 4.500 metros sobre el nivel del mar.

Voy con un comentario personal sobre Juella. Cuando lo conocí, allá por 2010, entramos realmente por error, buscando en esa zona la escuelita en la que Flavia Palmiero había grabado la telenovela Corazón de Tiza. Claro que no encontramos ahí la escuela, sino en otra zona de la quebrada, pero nos fuimos impactados por la belleza de ese lugar, muy poco “descubierto” por el turismo para el auge que estaba teniendo la región. Los cerros, con unos tonos rojizos que sólo vimos de nuevo en el Hornocal, realmente nos dejaron atónitos.

No caben dudas de que Juella es un lugar para conocer, haciendo un alto en el camino y desviándose apenas un par de kilómetros de la Ruta 9 que conecta toda la quebrada.

¿Ya conocés el lugar? ¿Tenés planeado ir? Contanos en los comentarios!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *